martes, 6 de mayo de 2014

Las oleadas ideológicas y la necesidad de futuro

El Opa de la Comarca se propone balbucear sobre las distintas etapas de la conformación de ideas de la UCR. Piensa que es tiempo de que un paradigma nuevo comience a sustituir al vigente, porque le dan patadas de hígado cuando oye a los radicales y las radicalas cantar que quieren volver al gobierno como en el '83. Para eso, intentará resumir esas etapas, y después pensar cómo cree que debería ser la siguiente. Aunque sea, ponerle alguna etiqueta, para que después se le vayan agregando ideas.
El radicalismo parece haber vivido su vida de más de 120 años a partir de sucesivas oleadas de impulso político que tendían a enterrar -al menos parcialmente- la etapa anterior. Su nacimiento como organización política semi-clandestina enterró su primaria naturaleza de galeritas porteños que se congregaban a cacerolear en el Club del Progreso. La Unión Cívica de la Juventud se convirtió en Radical, tomó las armas e inició revoluciones para implantar una democracia medianamente moderna. Yrigoyen sepultó ese proceso aureliánico, que fue coronado simbólicamente por el suicidio de su tío célebre, Leandro N. Alem. (el Opa se siente tentado a pensar que el nepotismo, como la traición, son rasgos genéticos del radicalismo, pero prefiere evitar esa idea).
A su vez el Yrigoyenismo como corriente política hegemónica comenzó a agonizar después del golpe cívico-militar del ´30 que inauguraría la Década Infame. La primera Década Infame. Ni siquiera el unionismo de Alvear pudo reconstituirse como alternativa política luego de la muerte del caudillo.
La irrupción de la Intransigencia en los '40 marca un nuevo momento en la vida y en las ideas de la UCR, que rápidamente reemplazó al Yrigoyenismo con una dialéctica moderna y con proyección de futuro. También, como movimiento político que hegemonizaría el partido en las décadas siguientes. El último de sus caudillos, Ricardo Balbín, alcanzó a vivir la declinación de este sector durante el ocaso de su propia vida.
El alfonsinismo irrumpió para modernizar nuevamente el discurso y las prácticas militantes desde fines de los ´60. Se convertiría, durante la década siguiente, en la referencia del crecimiento de una base de teoría política importante, la primera aproximación a una socialdemocracia moderna. Su impronta subsistió a la dictadura y llegó al gobierno para transformar la cultura política dominante en Argentina. Durante sus años dorados, la vieja Línea Nacional, heredera de la Intransigencia, quedó relegada a un lugar secundario y a veces casi invisible.
El ocaso del gobierno de Alfonsín no impidió que su prédica y su influencia teórica subsistieran: durante los ´90 el alfonsinismo siguió siendo el paradigma dominante como concepción del radicalismo. En rigor, los personalismos siguieron funcionando plenamente, pero (al menos en Córdoba), los “ismos” carecían de debate interno y se constituian como fuerza militante propia de cada dirigente, más que de la UCR.
La discusión teórica fue perdiendo consistencia y vigor, y la creación de la Alianza hizo poco por restaurarla: los discursos y planes ya venían cocinados de Buenos Aires y los “equipos técnicos” seguían siendo una mentira tan inútil como lo son hoy.
De la Rúa intentó reemplazarlos por las alas más “liberales” y técnicas en su corto gobierno, pero la crisis y eclosión del noventismo destruyó también a esa incipiente alternativa al alfonsinismo. Hoy, me consta, muchos de los jóvenes más talentosos y formados que participaron en aquél gobierno, estan fuera de Argentina y no piensan regresar. El alfonsinismo se convirtió en el carro que se quedó con los escombros, y convirtió a la UCR en una triste colectora del peronismo.

¿Qué debe hacer el radicalismo ahora, qué nueva conformación debe tener? De forma somera, el Opa cree que hace falta en Argentina un gran partido liberal igualitario, de raíz popular y laica. Debe definir cada uno de esos términos porque palabras como “progresista” están tan vapuleadas que han perdido contenido. Pero prefiere dejar que cada uno busque las definiciones que le parezca. Un poco por pereza y un poco por apuro, el Opa irá sugiriendo lecturas que puedan ir aclarando a qué se refiere por cada cosa. Por ahora, alcanza con esta síntesis incompleta.

1 comentario:

  1. Querido opa. no olvidar que la cocina de ideas y porqué no ideales tienen que ser gestadas sobre su objeto que las conforma. Y no sobre su objetivo. que las deforma. La deformación de ideas, si señor, y en primera fila es el ocaso por el cual dejaron de ser los partidos políticos los creadores de ideales y de la lujuria de poder tentaros de cumplir quimeras sociales.

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