miércoles, 12 de noviembre de 2014

Un diploma para mi país

El Opa cree que la educación universitaria está sobrevaluada. Ha visto a demasiados botarates en la Comarca con diplomas lustrosos colgando en las oficinas y consultorios donde perpetran barbaridades sobre los pobres incautos que llegan a ellos. Sabe además que entre bomberos no se pisan la manguera, y prima entre los “graduados” una complicidad silenciosa cada vez que uno de ellos comete una mala praxis o un delito cualquiera.
Pero el Opa también tiene claro que quien ganó un título puso su esfuerzo, su dedicación y su tiempo. Salvo que haya comprado las materias, pero ese es otro tema. Y sabe que, aunque la portación de título no te hace mejor persona, la ostentación de título presupone que lo has ganado en buena fe. También entiende que tener título te aumenta el sueldo: en la Comarca cada trabajador tiene un “plus” en su salario que crece a medida que presenta diplomas más barrocos. Y desde luego, que para ejercer algunas profesiones es necesario, obligatorio, y razonable, tener ese diploma.
Ahora resulta que la Presidenta Fernández de Neón no tiene diploma. Nunca se recibió de abogada. El hecho estalló en algunos diarios y fue objeto de dimes y diretes varios. El Opa no va a detallarlos pero sí explicará por qué Ella es tan abogada como el ex – ingeniero Blumberg.
En primer lugar, las fechas. En sus primeras biografías Ella refiere que comenzó a cursar en 1974, a los 19 años. Cuando se conoció la falsía, cambió el relato: comenzó a cursar en 1972, a los 17 años. Ambas edades son verosímiles, pero el cambio de fecha lo hace sospechoso. ¿Por qué? Porque si se fue de La Plata en 1976 por miedo a la dictadura, como dice el relato, se fue con poco más de dos años de cursado. En aquellas épocas las universidades eran una farsa y las materias se rendían con apuntes de 80 hojas, pero aun así es difícil que hubiera tenido más de 20 materias aprobadas. Luego dice el relato que volvió en 1979 para rendir las últimas tres. No cierra. Cursar dos años y que te queden sólo tres materias es imposible aún en aquel tiempo. Entonces si corren la fecha dos años para atrás, indicando que comenzó en 1972, ahí si cierran los números, porque es plausible que en cuatro años haya cursado casi toda la carrera.
Ahora vamos a las fotos que circulan por ahí, indicando que comenzó a cursar en 1972. Las fechas están borroneadas y corregidas con liquid-paper… que en esa época no existía. Las autoridades de la Universidad de La Plata dicen que esas correcciones eran comunes, porque solían equivocarse. Pero sabe el Opa que cualquier enmienda, tachadura o borrón son inmediatamente salvados y aclarados al pie. En esas fotos no hay nada de eso. Sólo una enmienda con corrector (period incorrect, mind you) y caligrafía distinta, sin ninguna aclaración.
Vamos a las otras fotos que circulan, de la ficha que dice que sí se recibió. También allí están borroneados, burdamente sobrescritos, los datos de su DNI y su nombre. Recordemos que esas fotos fueron exhibidas por funcionarios de la universidad, deseosos de probar que Ella sí se graduó. Hasta el INDEC falsificaría mejor un documento, muchachos...
Hay gente que jura haber visto su analítico: dos periodistas oficialistas, que no pudieron ponerse de acuerdo para definir si tenía promedio de 9 o tuvo notas bajas; y el vicerrector de la universidad. Éste afirma que “vio” el analítico. Pero no lo muestra.
Tampoco se registró jamás para litigar ni siquiera en Río Gallegos. No hay en Santa Cruz ningún registro que haya tomado vista de su diploma. Sólo uno, en Comodoro Rivadavia, muchos años después de que “comenzó a litigar”. Sabe el Opa que las satrapías del sur son iguales a las satrapías del norte, o del oeste. Nunca hubo diferencia entre Santa Cruz de los Kirchner y Catamarca de los Saadi, o Salta de los Romero. Y que si el gobernador quiere, en esas provincias litiga hasta el Pato Donald y puede operarte de cataratas el Pirata Morgan.
Vuelve el Opa al principio.
No es grave que Ella no sea abogada, después de todo, las facultades de derecho suelen idiotizar a quienes pasan por ellas. Lo grave es que haya mentido. Lula da Silva jamás dijo que era un exitoso abogado especialista en relaciones laborales: era sindicalista y estaba orgulloso de serlo. Tampoco Mujica salió a decir que era ingeniero especialista en prospección acuífera: los milicos lo tuvieron durante años metido adentro de un aljibe. Pero Ella justificó su fortuna diciendo que era una exitosa abogada. Si no es abogada, ¿de dónde sacó la fortuna, aparte de sus cargos públicos? Si ejerció como abogada y firmó escritos, ha usurpado un título, delito que conlleva varios años de cafúa.
Lo triste es la defensa de los militontos, como siempre. Que son operaciones de los “servicios” (que maneja el compañerazo Milani, por si no lo saben), que es una minucia ser o no ser abogada (pero entonces que no lo refriegue en cada cadena nacional). Sería la operación más boba: bastaría mostrar un analítico y el diploma y listo. Minucia no es, porque hay un delito contra la fe pública. No lo dice el Opa, lo dice el Código Penal. Un delito continuado, además, y siempre cobró ese plus por el título. Hubiera bastado que algún profesor de los últimos años de la carrera recordara haberla visto rindiendo, pero nadie la registra.
El Opa tiene claro que la mentira forma parte del herramental peronista. Pero también intuye una serie de complejos, de taras mal curadas, de inseguridades que afloran en cada discurso, una esforzada necesidad de mantener la impostura que la deja sin voz cada 15 minutos. Una explicación coherente para su napoleónica voluntad de cambiar los códigos: necesita que su tránsito a la historia esté jalonado de conquistas legales, de adquirir la pretendida enjundia judicial creando normas, ya que carece de título.
Como siempre, la voluntad de enseñorearse en la mentira termina desfondándose en una realidad zaina que se complace desbaratando la fantasía. En el colmo del ridículo el vicerrector de La Plata dijo que “le dimos el título Honoris Causa, así que tiene diploma”. El Opa recuerda que el Diegote de la Gente es Honoris Causa de Harvard (que no es La Matanza), y que hasta Moria Casán puede ligar ese diploma en las universidades de la Comarca. En el resumidero de la historia, será duro compartir diploma con Maradona y el mandril horrible, pero el destino es impiadoso con los que se burlan de él.

jueves, 6 de noviembre de 2014

Para los saqueos de fin de año

Hay en la Comarca tradiciones siniestras, y una de las más novedosas se remonta hacia el fin inacabado de la transición democrática. Al despuntar el último año del primer gobierno democrático el peronismo comenzó a pergeñar una operación que le permitiría matar dos pájaros de un tiro: vengarse del tipo que les ganó elecciones libres por primera vez, y acorralarlo contra el abismo de un final agónico.
Lo primero que hicieron fue buscar a los "Carapintadas", sus parientes embetunados que boicotearon los juicios por crímenes de lesa humanidad. Aldo Rico y sus muchachos tenían bien claro cómo organizar operativamente un caos teledirigido, porque habían sido formados para ello con dinero del presupuesto público. Lo segundo que hicieron fue acordar con las policías para que dejen actuar a los saqueadores, al menos hasta que lleguen las cámaras de TV para llevar el horror hasta las mesas de todos los argentinos. Finalmente, acordaron con los punteros del PJ cómo iban a atacar cuáles supermercados en qué momento. La manipulación de miles de hambreados por la hiperinflación alimentada por los empresarios del modelo terminó de cerrar el círculo del horror. Así voltearon a Alfonsín.
Pero los peronistas aprenden rápido: aprendieron que es relativamente fácil voltear un presidente mediante el caos desatado. Usaron la receta contra otros gobernadores de la Comarca, y también contra Frenando de la Duda, el presidente aburrido que huyó en helicóptero dejando una plaza sembrada de muertos. Sabe el Opa que las cifras de aquellas jornadas espantosas han sido retocadas en el INDEC, y que como siempre en la Comarca, hay muertos en blanco y muertos en negro. En algún momento se sabrá la verdad y habrá muertos “blue”, valga la redundancia.
Ahora se asusta el gobierno de la presidenta Fernández de Neón porque nuevamente oír se dejan los aprontes de saqueo. El peronismo ha determinado librar su interna en la calle, como siempre. Destruyendo vidas y bienes ajenos, como siempre. Apropiándose de las muertes como si fueran porotos que se transan en un partido de truco macabro, porque para eso son fascistas: la muerte los erotiza, especialmente la ajena.
Claro, el miedo no es infundado porque uno de los desmembramientos del PJ prohíja a un legendario matón de la Triple A, el camionero Moyano, con quien la presidenta y el finado gustaban compartir actos y negocios. Algún negocio no cerró, y lo expulsaron del ámbito íntimo de la madriguera de Olivos. Con Moyano en la oposición volvieron los saqueos, cada vez más violentos.

Entonces vuelven a agitar el miedo, como adora la presidenta y sus adláteres. Agitan un miedo probable porque conocen desde adentro el mecanismo perverso de los saqueos. Está también en su ADN, como un elemento funesto que se ha ido introyectando en su cultura política. Lo han usufructuado, y ahora lo temen.
Piensa el Opa que si fuera que se matan entre ellos, hasta le harían un favor a la Comarca. Pero no, cuando disputan poder en serio ellos ponen los balazos y los palazos. Los muertos los pone el pueblo, y los destrozos también.

sábado, 1 de noviembre de 2014

Xenofobia se escribe con “K”

Cada tanto cunde en la Comarca algún pánico nuevo, y casi siempre el Opa ve a los botarates de turno agitarse como gallinas empavesadas para subirse al pánico y agitarlo con indignación sagrada. Parece que si uno se encabrita y encabrona lo suficiente se convierte en un ciudadano decente. Pueden ser los menores de edad, que cada tanto los dedos de la Comarca señalan como los autores de todas las fechorías y crímenes de la prensa roja. Ahora son los inmigrantes, que están en el candelero del miedo público.
Resulta que después de una década de ignorar los esfuerzos por modernizar la justicia penal, a la Presidenta Fernández de Neón se le dio por apresurar un anteproyecto de código procesal penal, al que llamaremos CPP. El CPP es una herramienta para que los jueces y otras aves oscuras resuelvan conflictos, es la hoja de ruta entre el manoteo de cartera y la puerta del calabozo. Se supone que todo lo que pasa en el medio está regulado por el CPP.
Regía en la Comarca el más arcaico de los CPP de la región: el Padre Rigoberto tenía uno en su mesita de luz porque le recordaba al Libro de las Brujas, aquél tomo que indicaba el procedimiento correcto para incinerar mujeres acusadas de brujería. No le pregunten al Opa cómo sabe lo que hay en la mesita de luz del Padre Rigoberto. Pero el fraile adoraba esa institución macabra donde pululaban Torquemadas bisoños con nombramiento vitalicio.
Por eso un nuevo CPP es una buena noticia, porque sale del medioevo y pretende ingresar a la modernidad. Pero como todo lo que toca la Presidenta, acá también metieron los garfios los obsecuentes del populismo bobo. Así, en lugar de mencionar las garantías y la transparencia del proceso, a la Presidenta se le ocurrió resaltar que podrá deportar inmigrantes sin juicio previo. El Opa no es idiota: eso quiere decir que la policía puede decidir que un fulano que vino de otro país cometió un delito y expulsarlo. Una policía experta en armar causas, que luego fiscales y jueces confirmarán para “hacer estadística”.
El carapintada abonado al presupuesto nacional, Camarada Sergio Berni, explicó que la Comarca está hostigada por los delincuentes extranjeros, pero lo desmiente la poca información pública confiable. Mientras, la Presidenta asentía y peroraba: “entran por una puerta y salen por la otra”. Hace 15 años que dice lo mismo. El finado también lo decía.
Pero resulta que no.
Resulta que los delitos cometidos por inmigrantes son una minoría minimísima. Algunos hay, por supuesto, pero no para justificar ponerlos en ese espacio resbaladizo que ocuparon judíos, gitanos, izquierdistas, opositores, y, en la etapa final del populismo de bolsillos flacos, los laburantes. Es que el populismo penal siempre necesita agarrar algún sector vulnerable y sindicarlo como la causa de todos los males, desde las Siete Plagas de Egipto hasta el último asalto en Isidro Casanova, hace 4 minutos.
Cuando uno piensa en los grandes delincuentes extranjeros piensa en el delito organizado. Y allí tiene que dejar de pensar, porque las huellas llegan hasta el perenne Aníbal Fernández, hasta Sergio Massa, hasta Mauricio Macri. Hasta Ella, y hasta Él. Y sus socios. Los peligrosos manejan medio gobierno y media oposición, son los dueños de la Comarca y de los tribunales. Comen asado con los jueces, les tiran unas rupias a la policía.

Los verdaderos peligrosos que saltan de una Comarca a otra no son el carterista boliviano ni el paraguayo que vende “faso”. Pero ellos pagarán por todas las culpas, porque en la república populista los primeros privilegiados son los pobres. Sobre todo cuando por fin los van a poder meter presos rapidito, como quiere Ella. Como quería Él.